En estas últimas semanas, continuando con mi trabajo de búsqueda de trabajo y gracias al empuje de un buen amigo, me he peleado “muy fuerte”, hago un inciso en esta terminología acuñada por la generación millennials porque me hace mucha gracia, en fin he descubierto que, y no lo digo con pesadumbre ni mucho menos que mi CV es un mojón y me explico.

En treinta años y me consta que no soy el único al que esto le ha sucedido, no he tenido la necesidad de generar un CV y cuando esto se hace imprescindible te encuentras en la difícil tesitura de hablar sobre ti.

Los consejos recomendados por los expertos en la materia son variados, por ejemplo “investiga, lee otros cv y observa donde se encuentran las fortalezas de los candidatos”, “habla sobre tus logros”, "tendrás que tener varios CV" y así multitud de frases que quizás sea porque soy cortito me cuesta asimilar, pero en fin, he seguido sus consejos y es bastante sorprendente.

En los mencionados treinta años he llevado a cabo tantas acciones que por desgracia hoy no sabría cómo denominarlas, si como se espera he de hacerlo utilizando las denominaciones con los anglicismos que tanto parecen gustar y además sin caer en una vanidad petulante y egocéntrica que rozaría el narcisismo absoluto con la finalidad de generar hype…. ¿A qué os ha parecido ridícula esta última parte? Pues welcome to my world.

Lo lamento amigos, no sé mentir y además me enorgullezco de saber perfectamente cuáles son mis limitaciones, a estas alturas no voy a poner en un papel todo aquello que alguien que solo lo leerá por obligación desearía encontrar, sabiendo que no tienen ninguna intención de entrevistarme porque eso sí que lo tengo muy claro, uno se hace grande cuando se expresa cara a cara por qué no olvidemos nunca que el papel lo soporta todo, pero siempre tiene truco.

A que Arnold Schwarzenegger con su 188 centímetros parece grande?, pues viendo la foto se entiende perfectamente lo relativo que es todo.

Que nadie vea resquemor en este texto porque se equivocara rotundamente, hace poco escuche a José María Sanz Beltrán " Loquillo" decir lo siguiente "Yo sigo mi camino y utilizó la táctica de la hora", por supuesto este consejo también le tendré muy en cuenta y sin duda me anima a seguir remando para mantenerme a flote, pero mi hora llegará en cualquier momento y para eso soy consciente de estar preparado y con la batería de la resiliencia #Atopedepower

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