La profesionalidad es una cualidad que ha de ser recíproca, quiero decir, se da por sentado que este es un requisito indispensable aunque no se menciona ni se solicita en la mayoría de las ofertas de trabajo que actualmente se pueden encontrar a través de diversos portales o servicios que gestionan el talento.

Puedo entender que las capacitaciones o en su defecto la falta de estas sean motivo suficiente para no continuar en la ronda de selección de posibles candidatos y eso es lo normal.

A lo largo de esos tres meses de periodo estival, he tenido tiempo para recapacitar, pensar en el futuro, descansar dentro mis posibilidades y por supuesto seguir postulándome a algunas de las oportunidades laborales que surgen diariamente con la finalidad de acceder a alguna de ellas, siempre siendo muy consciente y realista al respecto de mis capacidades y mis limitaciones, pero entre estas últimas la que nunca encontrarás es la de la falta de profesionalidad.

Cuando entras en un ascensor y dices buenos días, si no recibes respuesta lo primero que se nos viene a la cabeza es “la educación no es su fuerte”.

Y ahora es donde viene la pregunta incómoda, qué piensas cuando no recibes feedback, cuando solicitas información sobre tu candidatura o simplemente nadie tiene la deferencia de enviarte un mail tipo (no pido obras literarias) en el que te agradezcan la participación y te desean buena suerte en tu trayectoria profesional?

𝗬𝗼 𝗹𝗼 𝘁𝗲𝗻𝗴𝗼 𝗰𝗿𝗶𝘀𝘁𝗮𝗹𝗶𝗻𝗼.

𝙎𝙞 𝙥𝙧𝙚𝙩𝙚𝙣𝙙𝙚𝙨 𝙚𝙣𝙘𝙤𝙣𝙩𝙧𝙖𝙧 𝙥𝙧𝙤𝙛𝙚𝙨𝙞𝙤𝙣𝙖𝙡𝙞𝙙𝙖𝙙 𝙚𝙣 𝙪𝙣 𝙘𝙖𝙣𝙙𝙞𝙙𝙖𝙩𝙤, 𝙚𝙢𝙥𝙞𝙚𝙯𝙖 𝙥𝙤𝙧 𝙙𝙚𝙢𝙤𝙨𝙩𝙧𝙖𝙧 𝙡𝙖 𝙩𝙪𝙮𝙖.