Y, de repente, ahí está: una señal brillante, atractiva, casi irresistible.Una promesa de éxito, atención o validación inmediata.

Lo ves claro. Tomas impulso y qué demonios ,Aceleración máxima.

Y sin saber cómo, acabas... boca abajo, en el agua y maldiciendo tu pena negra.

Porque no todo lo que llama tu atención es una buena señal , no todo lo que deslumbra te lleva a buen puerto.

Vivimos en un mundo donde las apariencias más que nunca nos engañan, donde una imagen perfecta puede esconder un mal negocio, una mala relación o una muy mala decisión.

En muchas ocasiones la prisa por responder a lo inmediato muchas veces nos hace olvidar lo importante y esto a nivel profesional, esto se traduce en proyectos mal elegidos, colaboraciones apresuradas, oportunidades que en realidad eran trampas disfrazadas.

A nivel personal, en vínculos que solo llenan el ego pero vacían la energía.

La clave está en aprender a ver más allá del brillo.

Escuchar con calma ,filtrar señales, y si algo parece demasiado bueno para ser verdad… detenerse un momento y observar bien el horizonte.

No se trata de desconfiar de todo, solo de no confiar ciegamente en lo que solo apela al impulso.

El lunes empieza fuerte.

Solo asegúrate de que estás despegando en la dirección correcta y no detrás de una señal equivocada.

Hoy comienza una nueva semana, como siempre deseo que la vuestra sea fantástica.

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