Me he dado cuenta de que el modo de educar a mis hijos no fue el equivocado y digo esto viendo a fecha de hoy como se han modificado nuestros hábitos y el mundo que los que hoy somos padres hemos creado para ellos.
Me empeñé en enseñarles a colaborar, ya que de ese modo se consigue mucho más que siendo independiente
Les inculqué el respeto por los demás, porque todo el mundo es igual, independientemente de su estrato social o procedencia, sus creencias religiosas, su aspecto o su manera de amar a los demás, el líquido vital que recorre nuestro cuerpo es igual de rojo en cualquier circunstancia.
Fui extremadamente intenso incluso enfermizo en algún momento para hacerles conscientes de que las consecuencias son tangibles e infinitas y que en determinadas ocasiones requieren de un alto precio que no siempre estaremos preparados para afrontar, pero siempre será obligatorio saldar.
Los anime a no seguir el camino establecido, a que investigasen, que no se conformasen con la primera opción, que el primer trabajo no sería el idóneo, ir por la derecha es bueno, pero no dejes de probar la izquierda, el primer amor nunca será el definitivo y que poner en duda a su padre era la mejor opción.
Era importante hacerles entender que la ayuda se ofrece de manera altruista y que cualquier reconocimiento buscado y recibido mataría el sentido de la propia palabra.
Que el acto de compartir enriquece de un modo tan indescriptible que en la mayor parte de las ocasiones no se podía explicar la sensación de felicidad que generaba y eso les haría inmensamente ricos en felicidad.
Que de las cosas más importantes que puedes conseguir en la vida son los amigos, pero debían ser cautos porque les costaría mucho encontrarlos y que cuando diesen con ellos, adquirían una nueva obligación, ya que los amigos están para cuidarlos y no solo para cuando los necesitamos.
Que las cadenas de favor existen y que no dudasen es ser un eslabón, en ocasiones muy pequeño y en otras determinante para alguna persona.
Con el paso de los años 28 concretamente hoy me he dado cuenta de que el tiempo me ha dado muchas lecciones y una muy importante es que todo lo que les intente transmitir no ha caído en saco roto, que los valores están para transmitirlos y no sé si ese ser el mejor legado, pero si uno muy importante.
Estoy muy orgulloso de mis hijos, ellos siempre fueron mejores que yo.
Feliz cumpleaños Itziar Jimenez Barros y David Jimenez Barros
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